martes, 21 de febrero de 2012

Zorrilla: 30 años no son nada

¡Cómo pasa el tiempo! 30 añazos ya y aún le siguen llamando en muchos sitios Nuevo Estadio José Zorrilla. Esto a mi me suena igual que cuando ya eres talludito y te siguen llamando Juanito, Carlitos o Toñín. Pero bueno, el hecho es que tenemos nuestro estadio y cómo nos gusta cuando está hasta la bandera (que por cierto es poquitas veces) y nos ponemos a gritar ¡Que bote Zorrilla, que bote Zorrilla!


Recuerdo bien el día de la inauguración porque era sábado por la noche y mi padre en vez de llevarnos a mi hermano y a mí, como solía hacer en el "viejo" Zorrilla, se llevó a mi madre (hoy lo pienso y era normal, pero ¡qué mal me sentó en su día!). También recuerdo otro partido al que no fui, o más bien no me llevaron, y que fue la final de la Copa de la Liga contra el Atlético de Madrid. Y ahora que pienso, tampoco me llevó cuando ganamos la final de la Eurocopa sub-21 contra Italia con unos casi imberbes Andrinúa, Juan Carlos o Eusebio.

Pero no solo son los partidos a los que no he ido sino sobretodo a los que sí he ido. Muchos recuerdos, muchos partidos, muchas emociones son las que están en las gradas del Coliseo de la Avenida Mundial 82. En estos años he cambiado varias veces de ubicación buscando un precio más barato hasta que finalmente me he asentado en la Preferente B. Es cierto que tiene sus inconvenientes como que te da el sol de cara, o si llueve te mojas, o tienes encima a las aficiones rivales, pero qué bien se ve y se disfruta con los compañeros de alrededor, que después de varios años seguimos siendo los mismos fieles.
Y es que encima de estas incómodas butacas nos sentamos personas, aficionados, seguidores que vibramos con nuestro equipo y que hemos gozado con los goles del Polilla Da Silva, Fonseca, Peternaç, los pases de Víctor, los regates de Onésimo, el saber estar en el campo de Eusebio, Harold Lozano, Minguela, los cortes en el juego rival de los hermanos Hierro, García Calvo, Iñaki Bea, las cabalgadas por la banda de Gaby Moya, Mami Quevedo, Benjamín, las excentricidades de los colombianos Higuita, Valderrama, o cracks en el banquillo como Cantatore, Moré, Maturana, Mendilíbar…

Muros y césped que tienen que vivir muchas alegrías como las que vivimos con la clasificación para la Copa de la Uefa de la época de Cantatore, llegar a una final de la Copa del Rey y jugar la Recopa de Europa, los ascensos que se viven de una forma apasionada, los partidos contra el Barça o el Madrid, los encuentros de competiciones europeas, que nos eliminaron de la Recopa sin perder ni un solo partido… y por supuesto que este trigésimo aniversario va a terminar con otra alegría desbordada cuando subamos de nuevo a la categoría que nos merecemos.

30 años no son nada y tenemos que disfrutar del mejor fútbol que es el que siempre nos ofrece el Real Valladolid. Y si hemos visto partidos de Liga, Copa del Rey, Uefa, Recopas, Mundiales, solo nos queda la Champions League. Quién nos impide soñar, algún día la veremos en Zorrilla, que con 30 años a cuestas tiene un nombre en el fútbol y en nuestros corazones. ¡Larga vida al Estadio José Zorrilla!



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