Cuando paseas por las calles de Valladolid y le imaginas hace diez años, ves que las calles han cambiado, pero las personas no. ¿Las personas? la verdad es que no sé tanto si las personas o los comercios (sí, ya sé que la palabra comercios parece que es de otra época, pero a mi me gusta: "comercio" es una palabra que suena muy bien "comercio").
En Valladolid tenemos fama de ser fríos, secos, cortantes incluso... y a veces hasta quien nos cataloga así, tiene razón... pues no, somos gente afable que sólo necesitamos que nos tiendan una mano para darnos; pero a lo que voy, que me pierdo en mi mismo...el comercio de Valladolid ha cambiado poco, especialmente el comercio que se dedica a la moda: ropa, textiles, zapatos... entras en una tienda, y las dependientas (sí, lo he puesto en femenino que son las que especialmente lo hacen...) lo primero que hacen es mirarte de arriba a abajo. Te pasan revista como si estuvieras en la mili, y ¡ay de ti si no llevas los zapatos limpios! vamos, que como no les caigas en gracia según estás entrando en la tienda, ya puedes tener la intención de comprar para tres temporadas que no te hacen caso, y la famosa frase de "si no está ahí, es que no hay" se creó aquí en Valladolid.
El sábado pasado salimos de compras. Yo necesitaba un par de camisas, un pantalón vaquero (unos "yins" como se dice ahora), una camiseta, y si se terciaba, incluso algo más. Entramos un una tienda de estas del centro, de las de toda la vida, pero con ropa bastante actual, actual, que no estrambótica... en fin, que según entramos damos la hora "buenas tardes" y esperamos también un buenas tardes. Pues todavía estamos esperando. Luego la cara de mal humor que tenía la muchacha... es que se te quitaban hasta las ganas de comprar, pero bueno, me había dicho mi hermana que fuéramos a esa tienda, y que con su referencia nos atendería bien... pero es que la entendimos mal y no era la referencia de mi hermana, sino de una amiga suya que trabaja en otra tienda de la misma cadena, aunque no de ropa, sino de zapatos... finalmente conseguimos darle señas de quién era nuestra amiga, y ¡oh, milagro! cambió de actitud. Todo lo que hasta ese momento habían sido malas caras, malas contestaciones, incluso un desplante para atender a una conocida que había entrado más tarde, se cambió en una sonrisa, un par de comentarios cómplices... Imagino que os estaréis preguntando que porqué no nos fuimos antes... pues seguir preguntándooslo porque yo tampoco tengo la respuesta.
Al final cargamos con unos "yins" y una camisa para traje... pero es que, no hay derecho a que te traten tan mal. Luego sale el pequeño comercio en la prensa quejándose de las grandes superficies, pero es que si me tratas de la misma manera, y me das peor precio ¿qué esperas? ¿qué ganas tengo yo de volver a esa tienda? y si además le añadimos, que en una gran superficie, que dentro de sus instalaciones tiene también pequeños apartados reservados a las firmas de moda, el dependiente nos trató de una manera exquisita... pues blanco y en botella.
La próxima vez que salga de compras, intentaré olvidarme es esa señorita que me examinó de arriba a abajo y disfrutar de las compras en los comercios de Valladolid.
